Kumba era un joven de origen africano, de veintisiete años que vivía en Nigeria. Su familia, es decir su padre y su hermano, eran lo único que le quedaba en la vida. Era un joven muy optimista a pesar de que parte de su familia murió. No perdió la felicidad ni el optimismo porque pensaba que tras una mala racha, siempre venía otra buena.
Un día conoció a Lugamba, un joven que como él, lo perdió todo en la vida. Kumba le explicó que perdió a su madre en un incendio el 19 de abril de 2002. Al momento, Lugamba le contestó:
- Lo siento, si necesitas algo te apoyaré.
Pocos días después, Lugamba le propuso ir a Melilla y saltar la valla para comenzar una nueva vida. Kumba contesto que sí. Y de inmediato comenzaron el viaje. Por el camino conocieron a mucha gente que se apuntaron a saltar hacia la libertad y hacia un mundo mejor.
Al llegar a Melilla se subieron a la valla y se encontraron con un grupo de policías que obstaculizaban su paso a España. Desgraciadamente Kumba fue el único que consiguió pasar al otro lado de la valla sin ser capturado.
Dos años después, Kumba rehízo su vida en España. Encontró esposa y puso en marcha un negocio. En cuanto consiguió ahorrar dinero suficiente, volvió a África para traer a su amigo a España, como regalo para ofrecerle la libertad. Y a pesar de que la gente lo miraba por la calle por tener un color distinto de piel, no se volvía loco porque había cumplido su sueño.
Un día conoció a Lugamba, un joven que como él, lo perdió todo en la vida. Kumba le explicó que perdió a su madre en un incendio el 19 de abril de 2002. Al momento, Lugamba le contestó:
- Lo siento, si necesitas algo te apoyaré.
Pocos días después, Lugamba le propuso ir a Melilla y saltar la valla para comenzar una nueva vida. Kumba contesto que sí. Y de inmediato comenzaron el viaje. Por el camino conocieron a mucha gente que se apuntaron a saltar hacia la libertad y hacia un mundo mejor.
Al llegar a Melilla se subieron a la valla y se encontraron con un grupo de policías que obstaculizaban su paso a España. Desgraciadamente Kumba fue el único que consiguió pasar al otro lado de la valla sin ser capturado.Dos años después, Kumba rehízo su vida en España. Encontró esposa y puso en marcha un negocio. En cuanto consiguió ahorrar dinero suficiente, volvió a África para traer a su amigo a España, como regalo para ofrecerle la libertad. Y a pesar de que la gente lo miraba por la calle por tener un color distinto de piel, no se volvía loco porque había cumplido su sueño.
Mario Moreno
2º ESO
Texto elegido 29 de Octubre 2014
